Son varios los síndromes que se pueden manifestar en el entorno laboral que pueden dar al traste con la dinámica y afectar al rendimiento de los equipos de trabajo, desde el síndrome del impostor hasta el de burnout, pasando por Procusto o el de Peter, ya comentamos en nuestra Web. Sin embargo, queremos reflexionar sobre un síndrome que afecta de manera directa a los equipos de trabajo, como es el SÍNDROME DE HAMLET.
“Las personas que sufren el Síndrome de Hamlet tienen dificultad para tomar decisiones”
En empleorecursos.es queremos reflexionar sobre un síndrome laboral que afecta a aquellas/os profesionales que tienen que por lo general se encuentran gestionado equipos y deben tomar decisiones, ya que las personas que sufren el SÍNDROME DE HAMLET, al igual que en la obra Shakespeare, son personas que viven en una continua duda, lo que les dificulta a la hora de tomar decisiones importantes, y sobre todo, ágiles.
“Estas personas realizan análisis exhaustivos antes de tomar una decisión”
Esto es, estas personas, a modo general, poseen una elevada capacidad de análisis previo de las situaciones que se les presentan pero no son capaces de tomar una decisión acorde al mismo en el tiempo requerido, lo que repercute si es algo crítico, en agravar los problemas. Estas personas, eternizan la respuesta a cuestiones debido a análisis exhaustivos y extensos que dilatan sobre manera, las decisiones sobre las acciones a desarrollar.
El motivo de demorar las decisiones y realizar excesivos análisis no es otro que el miedo a decidir, por lo que demandan continua información sobre la situación, lo que repercute en las “vueltas” que les dan a todas la cuestiones, por el temor a las consecuencias que pueda tener si se equivocan.
“Estas personas eternizan los problemas y generan malestar en el equipo de trabajo”
Como se puede deducir, contar con una persona que sufre el SÍNDROME DE HAMLET en la empresa conlleva un malestar general de las personas que dependan de ella por pérdidas de oportunidades y tiempo, mensajes continuos de duda sobre cualquier tema, demora a la hora de actuar, etc., lo que provoca desidia y en muchos casos cambio de trabajo si es nuestra/o superior quién actúa como Hamlet (las personas no abandonan la empresa, sino a su malas/os jefas/es).
¿Cómo podemos saber si estamos expuestas/os a una persona con SÍNDROME DE HAMLET? Son varias las conductas que nos pueden ayudar a descífralo, como por ejemplo:
- La persona no lidera, lo que favorece que el equipo se disemine y cada miembro actúe como crea conveniente, no le siguen.
- Actúa siempre de forma reactiva, no prevé las situaciones, no se anticipa.
- Igual que Hamlet, estas personas no se fían de nadie, por lo que en ocasiones, suelen “castigar” a las y los buenos colaboradores por miedo a que le hagan sombra.
- Es una persona experta de los “pros” y “contras” de cada situación que se presenta. Demora la respuesta por análisis constantes, aburre a todas y todos los colaboradores.
- No tienen prisa, las reuniones se eternizan ya que cada aspecto se analiza y vuelve analizar con excesivo detalle.
- Fácilmente influenciables, carecen de seguridad en sí mismas/os, por ello desconfían de todas las personas que les rodean.
En resumen, a la larga, estas personas son apartadas de los puestos de responsabilidad, ya que a pesar de contar con las competencias adecuadas para el estudio de situaciones conflictivas, carecen de la habilidad de toma de decisiones, propiciadas por su baja autoestima.