Mucho se ha hablado últimamente, y sobre todo en situaciones conflictivas o complicadas del día a día de trabajo de la importancia de actuar con Inteligencia Emocional, hasta el punto de ser uno de los conceptos que mejor determinan el correcto desarrollo profesional de la persona trabajadora. Por ello, desde empleorecursos.es queremos analizar con detalle los aspectos clave que lo determinan.
“Se considera a Daniel Goleman como el padre de la Inteligencia Emocional”
En primer lugar, su origen proviene de la obra de Daniel Goleman, para quién a modo general, existen dos tipos de mentes, la que piensa y la que siente. Para el autor, la que piensa es la racional; mientras que la que siente es emocional.
“Se considera que existen tres tipos de Inteligencia: la Biológica, la Socioemocional y la Psicométrica”
Al mismo tiempo, a pesar que desde la Psicología se consideran que existen hasta siete tipos de inteligencia, desde empleorecursos.es nos gusta dividirlas para una mejor comprensión en su estudio en tres, esto es, en Biológica (es la determinada genéticamente), Socio-emocional (hace referencia a las habilidades que permiten a la persona desenvolverse a través de las relaciones con el medio y las/os demás), y por último, la inteligencia Psicométrica la cual, es la evaluada por medio de Tests, determinando, por ejemplo, si una persona es eficaz en el sistema educativo o académico.
“La persona que sabe manejar tanto las emociones propias como las ajenas, será capaz de conseguir sus objetivos y metas”
Pero, ¿En qué ayuda la Inteligencia Emocional en el desempeño del puesto de trabajo? Básicamente, desde empleorecursos.es siguiendo las indicaciones de Goleman, entendemos que la persona que sabe manejar tanto las emociones propias como las ajenas, será capaz de conseguir sus objetivos y metas.
“Poseer una Inteligencia Emocional elevada permitirá hacer frente a las situaciones complicadas del puesto de trabajo”
Así, se puede definir la Inteligencia Emocional como el conjunto de destrezas, capacidades y competencias no cognoscitivas que influyen en la habilidad de una persona para conseguir el éxito. Es decir, las personas que poseen una Inteligencia Emocional desarrollada se comportarán de manera más sociable y alegre, con una notable capacidad de compromiso, asumiendo responsabilidades, siendo solidarias/os, expresando sentimientos de forma abierta y adecuada, a la vez que permite llevar a cabo comunicaciones de forma fluida.
“La Inteligencia Emocional permite gestionar de forma correcta todas las situaciones que se producen en el trabajo”
A partir de una Inteligencia Emocional desarrollada no solo se percibirán emociones de forma adecuada al permitir interpretar los estímulos que nos rodean de forma correcta; sino que se utilizarán esas emociones como hoja de ruta en nuestras actividades cognitivas y pensamientos; se entenderán de modo que permitan ponerse en la piel de la otra persona para trabajar y desarrollar nuestra conducta en consecuencia; y por último, se gestionarán para responder de la forma más adecuada las emociones de la otra persona y de nuestro propio yo, realizando un balance entre lo que pensamos, queremos decir y quieren escuchar de nosotras/os.
“Analízate, escúchate, controla lo que dices de forma no verbal y lo que te estresa, y avanzarás en tu Inteligencia Emocional”
Para finalizar, en empleorecursos.es entendemos que para aplicar la Inteligencia Emocional de forma exitosa en nuestra actividad profesional y/o para la búsqueda de un nuevo proyecto laboral, es fundamental:
- Analízate a ti misma/o: conocer cuáles son tus emociones típicas y cómo respondes a las diferentes situaciones (envidias profesionales, reacciones al estrés, inseguridades).
- Escucha, no oigas: el objetivo es centrarse en lo que las y los demás están comunicando realmente, no en lo que queremos (como pensamientos negativos sobre nuestro proceso de búsqueda de empleo).
- Ten en cuenta el lenguaje no verbal: es imposible no comunicar, en todas las situaciones, incluso cuando no hacemos nada (por ejemplo, dormir), estamos comunicando (estamos transmitiendo que dormimos). Por ello, se debe tratar de observar el lenguaje no verbal de quienes nos rodean y el de nosotras/os mismas/os, si va en consonancia con el verbal.
- Identifica qué te estresa: porque si lo conoces, puedes hacerle frente, por medio de técnicas para manejar la frustración, por ejemplo, mediante un entrenamiento eficaz.
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