Uno de los objetivos principales de todo departamento de gestión del talento es el bienestar de las y los empleados, entendido tanto a nivel físico, emocional y social, situación que se agrava más con la actual crisis sanitaria. Para conseguir dicho pretexto, una buena medida es poner en marcha programas de “WELLBEING CORPORATIVO”.
“El bienestar en el trabajo aumenta la productividad de las y los trabajadores”
Es importante destacar el efecto que produce el estrés laboral en las personas trabajadoras, situación que sin duda, afecta a sus vidas en general, ya que en empleorecusos.es somos de la opinión que la jornada laboral no son solo las 8 horas en la empresa, sino que va más allá, al pensar, preparar o anticiparnos a cuestiones de nuestro día a día durante nuestra vida personal.
Esta situación de estrés laboral, si perdura en el tiempo, desembocará sin duda en “burnout”, lo que agravará no solo los efectos sobre la persona que lo sufre, sino sobre su desempeño, y por consiguiente, la productividad y los resultados económicos de la empresa.
“Las y los trabajadores satisfechos tienen mayor productividad”
Es en este contexto donde surgen los programas que promueven el “WELLBEING CORPORATIVO”, entendido como un paso más allá, una evolución del Wellness, esto es, medidas para mejorar el bienestar físico de las y los trabajadores por medio de acciones que enfaticen ámbitos de vida saludable, tales como disponibilidad de alimentos más “sanos” en las máquinas de vending, organización de actividades físicas como campañas de uso de la bicicleta para ir a trabajar o financiación del uso de instalaciones deportivas.
“Los programas Wellbeing buscan la salud integral de la persona”
Sin embargo, influido por los efectos de la crisis sanitaria producida por la COVID-19 fundamentalmente a nivel psicológico, desde los departamentos de gestión del talento (recursos humanos) se ha dado un paso más en busca del bienestar integral de los equipos de trabajo, esto es, no solo se prioriza la salud física, sino que también la emocional o psicológica.
Para ello, a partir de nuestra experiencia laboral, entendemos que estos programas se deben centrar en cinco dimensiones:
- Física: englobando los aspectos comentados en las acciones de Wellness.
- Psicológica: priorizando la integración de la persona en la empresa y en el equipo de trabajo, favoreciendo la conciliación de la vida personal y profesional, así como acciones de desconexión digital. Prestando el apoyo necesario ante situaciones estresantes (sesiones de One to One), flexibilidad laboral, etc.
- Ambiental: establecer diseños y entornos de trabajo adaptados que faciliten la realización de la actividad laboral.
- Social: potenciar el sentimiento de pertenencia a la empresa y equipos de trabajo con medidas que promuevan el “salario emocional”, realización de actividades outdoor, etc.
- Profesional: ofrecer oportunidades de crecimiento y desarrollo con acciones de formación, promociones internas, etc.
En resumen, son muchas las horas que pasamos “trabajando”, no solo las que realizamos en nuestro puesto de trabajo a lo largo de nuestra jornada laboral, sino que además debemos contar el tiempo que pasamos en casa pensando, planificando nuestras tareas, etc., fuera de la jornada, por lo que desde el punto de vista de la gestión del talento es necesario poner en marcha acciones que promuevan el bienestar de las y los trabajadores.