Se ha demostrado que la mejor herramienta que tiene una empresa para aumentar su productividad, y por consiguiente sus beneficios, es contar con personas comprometidas y motivadas. Esto es, las y los trabajadores satisfechos, involucrados y motivados son el motor central para que una empresa crezca.
“Las empresas deben adaptarse a los cambios provocados por la pandemia”
A su vez, es indudable que la crisis sanitaria que vivida por la COVID19 ha producido un cambio en nuestros valores y prioridades, incluidos los relacionados con nuestras preferencias o “beneficios” que debe aportarnos un puesto de trabajo. Por ello, desde el punto de vista de la gestión del talento, creemos necesario adaptar las acciones de ENGAGEMENT en la empresa a las mismas.
Ya reflexionábamos en empleorecursos.es qué es y cómo se aplica el ENGAGEMENT, entendido como el grado de compromiso que tienen las y los trabajadores con la organización en la que trabajan. Para ello, se analiza el nivel de satisfacción respectos a tres principales variables: las condiciones de trabajo, su bienestar físico y mental, y por último, su nivel de realización profesional. En este contexto, hay que distinguir compromiso de felicidad.
“Pueden existir trabajadoras/es felices, pero no comprometidas/os”
Por ello, para potenciar el nivel de compromiso de las y los empleados con la empresa, desde el punto de vista de la gestión del talento es necesario poner en marcha estrategias o planes que mejoren la percepción que tienen de la organización. Acciones como planes de acogida adaptados, performances, reuniones One to One, análisis de puestos y gestión por competencias, etc.
Sin embargo, a partir de nuestra experiencia en departamentos de gestión de talento, somos conscientes de la necesidad de acompañar las acciones anteriores con medidas adaptadas a los cambios que tanto a nivel del entorno de trabajo como en relación con las prioridades de las y los profesionales ha provocado la pandemia, como pueden ser:
- Entorno seguro.
No solo a nivel de prevención de riesgos laborales, sino la idea es generar un ambiente de trabajo donde se permita expresar sin miedos las ideas, opiniones, etc.
- Objetivos comunes.
La visión y misión de la empresa no solo debe transmitirse a las y los trabajadores, sino que estas/os estarán alineados con ella para poder ir en la misma dirección. De nada sirve contar con personas que no compartan los valores de la empresa, por lo que el proceso de captación y selección de talento es crucial en este sentido.
- Comunicación.
Implantar canales de comunicación fluidos y abiertos es el mejor medio para gestionar las expectativas, así como para reducir los rumores y la incertidumbre. Es importante que esta comunicación se produzca a todos los niveles.
- Cercanía.
Relacionado con el proceso de comunicación, se hace necesario que la Dirección de la empresa se acerque a las personas, informe y valore.
- Trabajo en equipo.
Contar con personas involucradas, que todas “remen” en la misma dirección es crucial para cumplir los objetivos propuestos y hacer frente a las adversidades que se encuentran en el camino.
- Retroalimentación
Para superar estas dificultades, es necesario aportar feedback constante sobre el trabajo que se realiza, con objeto de corregir las desviaciones, potenciar el desempeño y lo que es más importante, afianzar el apego con la empresa.
- Incentivos equitativos.
En ocasiones, ese feedback no solo debe quedarse en palabras, sino que se demostrará en hechos tales como días libres, teletrabajo, jornadas de convivencia, etc.
- Empoderar a las y los trabajadores.
Si la persona se siente valorada y apoyada en su trabajo por sus superiores, se implicará más en la tarea, eliminando los miedos ante un posible error.
- Apostar por las Nuevas Tecnologías.
Los procesos de trabajo deben adaptarse a los avances tecnológicos para que faciliten su realización.
- Fomentar el desarrollo profesional.
Planificar de manera consensuada un objetivo profesional y poner en marcha las acciones necesarias para ello (formación, responsabilidades, etc.).
En resumen, se ha demostrado de manera clara los beneficios que conlleva poner en marcha un plan de ENGAGEMENT en la empresa, como bien pueden ser el aumento de la satisfacción de las y los trabajadores (lo que se traduce en un incremento en su productividad y en la rentabilidad de la empresa); reducción de la rotación laboral y el absentismo; atracción del talento; etc.