Es claro que el concepto de “Marca Personal” no es algo nuevo, pero sí gracias al auge de las redes sociales, las cuales, entre otras cosas, permite la difusión de información a un elevado número de personas, se ha convertido en una de las herramientas fundamentales tanto para las personas trabajadoras como para las empresas.

En nuestro anterior post sobre la Marca Personal del/a Empleada/o en empleorecursos.es, destacábamos la necesidad del hecho de que la marca personal de la persona trabajadora no solo esté alineada con la de la organización para la que trabaja, sino que además, avancen de manera conjunta.

“En ocasiones, las y los empleados poseen una marca profesional de mayor valor que la de la empresa para la que trabajan”

A partir de lo anterior, es imposible como clientes separar o diferenciar la marca profesional de la persona que desarrolla su actividad laboral y la de la empresa para la que lo hace. Por ejemplo, cuando participamos en un proceso de selección y tras pasar el tiempo no nos informan acerca del estado de nuestra candidatura (algo muy común, por otra parte), tendemos a asociar esa mala práctica con la empresa y el/a profesional como un todo.

“La Marca Personal se compone de atributos personales, competencias profesionales, motivación y actitudes positivas”

Por ello, a partir de nuestra experiencia laboral en departamentos de gestión del talento, entendemos como fundamental trabajar de manera conjunta la marca personal de las y los colaboradores, junto con la de la organización. Por supuesto, junto con otras muchas acciones que motiven y desarrollen a las y los trabajadores (clima laboral, performance, salario emocional, medidas de Empleyee Experience, entre otras muchas comentadas en nuestra Web), tal y como recogía el Informe de Tendencias Mundiales en el Lugar de Trabajo elaborado por el Instituto de Sodexo para la  Calidad de Vida.

Para llegar a esta situación, es necesario desde la empresa apostar por las personas que la componen desde todos los puntos de vista, así como desarrollar programas específicos con objeto de hacerles los verdaderos embajadores de la marca de la compañía.

Contar con personas que poseen una marca profesional de éxito en la empresa supone tener en su equipo a personas expertas en su área de actividad, al aportar un valor diferencial positivo a partir de la combinación de atributos personales, competencias profesionales, motivación y actitudes positivas.

“Son mayores las ventajas para las empresas contar con profesionales con una marca personal reconocida que las desventajas

A partir de lo anterior, lo beneficios tanto para la empresa como para las personas trabajadoras son evidentes, ya que por un lado, se contará con una mayor implicación de las y los colaboradores, lo que repercute de forma directa en su rendimiento y desarrollo profesional; mientras que por otra parte, el posicionamiento de la empresa en el mercado será mayor, al estar asociado con profesionales de éxito, lo que repercute de manera directa en mayores beneficios.

“Para poner en valor nuestra Marca Personal debemos basarnos en una estrategia de Personal Branding”

Por último, desde el punto de vista de la persona trabajadora, los pasos necesarios para definir una estrategia de Personal Branding (Marca Personal) serían:

  1. Conocerse. Es fundamental conocerse a sí misma/o y al mercado laboral en el que te encuentras. Para ello es adecuado llevar a cabo un análisis DAFO (Debilidades y Fortalezas internas; así como de las Amenazas y Oportunidades externas).
  2. Definir objetivos. Qué queremos realmente alcanzar.
  3. Planificación. En función de los recursos con los que se cuente, y siempre teniendo en cuenta los objetivos marcados, se temporalizarán las acciones a realizar y los recursos a utilizar (estrategia de posicionamiento en LinkedIn, por ejemplo).
  4. Ejecución. Puesta en marcha de las acciones planificadas de una forma coherente y constante, siendo conscientes que crear una marca personal de valor requiere tiempo y esfuerzo, justo lo contrario que destruirla, ya que es muy fácil perder todo lo que se ha ganado.

En cualquier tipo de relación que tengamos, no solo en el ámbito laboral, podemos cruzarnos con personas negativas que hacen que todo parezca peor de lo que es en realidad, es decir, crean un mal ambiente o como se dice vulgarmente, “rollito”. Por ello, desde empleorecursos queremos tratar cuáles son los hábitos más comunes de estas personas, y como podemos hacerles frente para evitarlas.

“Nadie escapa de encontrarse con una persona tóxica en su vida”

En primer lugar, queremos dejar claro que existe abundante investigación tanto sobre la forma de actuar como de los rasgos de personalidad de estas personas, la cual, permite definirlas de forma clara como “TÓXICAS” (muestras de ello es el famoso libro Gente Tóxica del psicólogo Bernardo Stamateas). Así, sin ánimo de ser exhaustivos, serían personas que:

  1. Siempre se están quejando por todo, esto es, todo le sienta mal constantemente, no le gusta nada y lo que es peor, lo están transmitiendo en todo momento.
  2. Suelen compararse con el resto de personas, aspecto que refleja su concepto de ser inferiores y desgraciadas/os. Están desmotivadas/os y no hacen nada para remediarlo. Son personas que se muestran extremadamente negativas ante todo.
  3. Incontinencia verbal, es decir, manifiestan su opinión constantemente (y en la mayoría de las veces de forma negativa) sin importarles si ofenden o no a la otra persona (escudándose para ello en la “sinceridad absoluta”).
  4. Consideran que todas y todos están en su contra, manifestando creerse el centro del universo, a la vez que no asumen su responsabilidad ante los problemas. Focaliza el “locus de control” de las situaciones en las y los demás, culpabilizándolas/os de sus desgracias.
  5. Muestra de lo anterior, no admiten consejos, siendo la soberbia y la arrogancia cualidades que les acompañan.
  6. Son personas pesimistas, por lo que por norma, tiran la toalla antes de comenzar un proyecto, es decir, ni siquiera lo intentan, ya que consideran que saldrá mal.
  7. Son eficaces a la hora de enumerar inconvenientes que no tienen solución, por lo que para estas personas, todo es negativo.

A la hora de enfrentarnos a estas las y los “tóxicos”, la solución más fácil se encuentra en la evitación de las mismas, pero como hemos indicado al principio, estas personas se encuentran en todos los ámbitos de la vida (laboral, familiar, etc.) por lo que no siempre es posible. Por ello, desde empleorecursos.es consideramos que una buena primera opción es distanciarse de ellas todo lo posible, haciéndoles ver que se encuentran en una dinámica negativa tanto para sí mismas como para el resto de personas.

(*) Revisión y actualización post publicado el pasado 28/07/2016


Es común en la época estival, donde el país parece que se detiene, que muchas personas disfruten de unas merecidas vacaciones, independientemente de su situación laboral, esto es, si están ocupadas o desempleadas, así como si desempeñan un puesto profesional de mayor o menor responsabilidad. Además, si a esta necesidad le sumamos los efectos emocionales o psicológicos que nos está dejando la COVID-19, hacen que la DESCONEXIÓN sea más necesaria que nunca.

“Este año es aún mayor la necesidad de disfrutar de unos días de vacaciones”

Ya reflexionábamos en empleorecursos.es acerca de la gestión del periodo de vacaciones desde un punto de vista formal, así como de los efectos psicológicos que traía la pandemia causada por el coronavirus a trabajadoras y trabajadores. Sin embargo, este año, a pesar de la que situación sanitaria no es del todo óptima, sí se hace más necesario que nunca desconectar unos días de nuestra rutina laboral.

Romper con la rutina se hace esencial para una mejora emocional y profesional”

A modo general, las vacaciones son esenciales para romper con la rutina y preocupaciones de nuestro día a día de trabajo, “limpiar” la mente de problemas y responsabilidades para poder volver con más ganas, así como reducir nuestro nivel de estrés y aumentar nuestra motivación. A lo anterior, se le suma la necesidad de acabar por unos días con ese teletrabajo forzado que hemos realizado donde al compartir el mismo espacio físico para trabajar y nuestra vida personal, ha hecho que todos los días sean iguales, o la tensión que hemos acumulado por miedo al contagio por ir y volver a nuestro puesto de trabajo si no hemos podido teletrabajar.

“No todo el mundo es capaz de desconectar durante las vacaciones”

Sin embargo, a pesar de esta necesidad de desconexión, existen personas que no la logran de manera completa, tal y como reflejaba la III Encuesta Adecco sobre Desconectar del Trabajo en Vacaciones, dónde se concluye que el 39,3% de personas no logran desconectar de sus obligaciones laborales durante las vacaciones.

En este sentido, el tiempo de desconexión es clave, ya que se estima que como mínimo debe ser de dos semanas seguidas, sin olvidar claro está que tres semanas son mejor que dos, a pesar de que nos han inculcado la idea de productividad constante, por lo que en ocasiones solemos tener la sensación cuando nos vamos de vacaciones que “abandonamos” o dejamos nuestras obligaciones (en vez de analizarlo como un periodo más del trabajo en el que recargamos “pilas” para volver a rendir más).

“Tenemos que ser conscientes de que nadie es imprescindible”

Para conseguir desconectar, es necesario hacerlo realmente, esto es, no consultar los correos electrónicos, no realizar tareas del trabajo, así como hacer actividades que nos diviertan y que normalmente no hacemos, como viajar, leer, visitar a familiares, cambiar los horarios de nuestro día a día de trabajo, etc.

Sin embargo, para poder llevar a cabo una desconexión lo más eficaz posible en nuestro periodo de vacaciones es necesario tomar una serie de medidas antes (dependiendo de nuestro nivel de responsabilidad laboral), como la planificación del mejor momento para disfrutarlas (cuando menos afecte a la actividad de tu puesto de trabajo, por ejemplo); dejar cerrados todos los temas pendientes antes de marcharnos; delegar las tareas a realizar en compañeras/os; avisar que estamos de vacaciones por si alguien se pone en contacto con nosotras/os en los días que no estaremos, etc.

Dentro de este contexto, realizar durante nuestras vacaciones actividades lúdicas nos aportará vitalidad y optimismo, lo que repercutirá en nuestra autoestima, lo que unido a darnos pequeñas recompensas (en forma de no madrugar, alimenticias, estar con amigas/os o familiares, etc.) nos ayudará a afrontar de manera positiva lo que nos encontraremos en la vuelta a la nueva realidad.


Tradicionalmente en España, ya sea por el excesivo calor en algunas regiones de nuestro país que impiden el desarrollo “normal” de la jornada laboral, por estar regulado en algunos convenios colectivos, o por costumbre, en el mes de agosto el mercado de trabajo sufre un “parón”, al ser el mes del año elegido en la mayoría de las empresas para el disfrute del periodo de vacaciones.

“La actual situación de crisis sanitaria ha aumentado la controversia sobre el disfrute de las vacaciones”

Además de las habituales controversias que existen respecto a la gestión del periodo de vacaciones (que ya tratamos en un post anterior en empleorecursos.es), este año tras la pandemia sanitaria provocada por la COVID-19, son mayores las dudas planteadas tanto para trabajadoras/es, como para la empresa.

En ocasiones, a partir de nuestra experiencia en departamentos de gestión del talento, gestionar las vacaciones de las y los colaboradores no es tarea sencilla, al tener que  conjugar el derecho al disfrute de las mismas con la necesidad de mantener la cobertura o actividad de la empresa sin que las y los clientes se vean afectados. Para ello, es esencial mantener principios de equidad y no discriminación, ya sea por la modalidad contractual (tienen el mismo derecho las personas con contratos temporales e indefinidos), la situación personal o familiar, antigüedad, etc. Por lo que la gestión por medio de alguno de las múltiples aplicaciones informáticas existentes en el mercado es de gran utilidad.

“Las vacaciones solo se pueden abonar si finaliza la relación laboral o se tiene un contrato por ETT de menos de un año de duración”

Como norma general, la regulación del periodo de vacaciones viene recogido en el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores, aunque suele aparecer con mayor detalle en la mayoría de convenios colectivos, con aspectos tales como la indicación de que su cómputo debe ser anual, siendo un periodo retribuido por parte de la empresa, así como no se pueden sustituir por compensación económica, excepto en el caso de que haya cesado la relación laboral con la empresa y queden pendientes días de vacaciones por disfrutar, o trabajadoras/es de ETT con contratos de menos de un año de duración.

“No es cierto que la empresa pueda imponer el periodo de disfrute de las vacaciones”

Ya comentábamos que el periodo de vacaciones no puede ser inferior a 30 días por año trabajado, así como la elección del mismo estará en función de lo marcado en el convenio colectivo de referencia, por lo que se rompe el mito de que la empresa puede imponerlas cuando quiera, al tener que haber sido fijadas con al menos 2 meses de antelación.

Respecto a la imposición por parte de la empresa del periodo de vacaciones de manera unilateral, es interesante mencionar la sentencia del Juzgado de los Social nº 1 de Cáceres del 30 de junio de 2020, donde la empresa aprovechando la situación vivida por la COVID19, impuso a las y los trabajadores demandantes una fecha concreta para el disfrute de las mismas, la cual, es rechazada. Además, en la sentencia se recalca la necesidad de consensuar de manera conjunta dicho periodo de disfrute.

“El periodo en que se ha estado en el ERTE no genera vacaciones”

En relación con la pandemia, es importante mencionar que las personas que han estado formando parte de un ERTE como modo de hacer frente la empresa a la COVID-19, durante el periodo que han estado formando parte del mismo, no han devengado vacaciones, es decir, no han generado días, por lo que este año no se podrá contar con los 30 días naturales a disfrutar de vacaciones.

“Sufrir una IT paraliza el periodo de disfrute de las vacaciones”

También suele ser habitual foco de controversia cuando coincide el periodo de disfrute de las vacaciones con una situación de incapacidad temporal (IT) de la persona trabajadora. Sin embargo, en este contexto hay que hacer una mención al motivo de la IT, ya que si el origen viene derivado de un embarazo, parto, lactancia natural o suspensión del contrato por maternidad o paternidad, se tendrá derecho a su posterior disfrute independientemente de que haya finalizado el año natural que corresponda; mientras que si la IT es derivada de una contingencia diferente, el periodo para disfrutarlas no podrá exceder los 18 meses a partir del final del año en el que se deberían haber disfrutado.

“Los permisos retribuidos no se recuperan si coinciden con las vacaciones”

Por último, y no menos llamativo, es la reciente sentencia de la Audiencia Nacional respecto a la recuperación de los permisos retribuidos que coincidan durante el periodo de disfrute de las vacaciones (del 6 de julio de 2020). En la misma, se indica que estos permisos retribuidos se pierden, al estar su derecho a disfrute asociados al tiempo de trabajo, por lo que no son asimilables a los periodos de IT comentados anteriormente (dónde su fin es la recuperación de la salud para trabajar).