¿Es imprescindible para el desempeño eficaz de tu puesto de trabajo contar con un nivel medio o alto en la capacidad de comunicación?
Una de las competencias más valoradas por el mercado de trabajo en general y por las empresas en particular (entendida como aquellas habilidades, actitudes, conductas o aptitudes que determinan el correcto desempeño del puesto de trabajo), independientemente de la ocupación que se desempeñe o nivel que se ocupe dentro de la escala jerárquica de la empresa, es la CAPACIDAD O COMPETENCIA DE COMUNICACIÓN.
“El mercado laboral actual demanda tener un nivel en la competencia de comunicación elevado”
En empleorecursos.es, a partir de nuestra experiencia en departamentos de gestión del talento tras participar en la definición y desarrollo de diccionarios de competencias; así como en desarrollo y puesta en práctica de la tradicional evaluación del desempeño, evaluación 360º o de Performances Management, entendemos la CAPACIDAD O COMPETENCIA DE COMUNICACIÓN en el entorno laboral como toda interacción que se produce a diferentes niveles de relación (entre compañeras/os, con superioras/es jerárquicas/os, clientes, etc.) con objeto de intercambiar ideas, conocimientos, propósitos, etc., lo que se convierte en un elemento esencialmente social (en el sentido de que deben intervenir al menos dos personas).
“Es importante diferenciar comunicación de información”
Dentro del contexto de la empresa, previo a definir e implantar un plan de comunicación, es esencial diferenciar a ésta de la mera información, esto es, cuando se habla de información, se hace referencia al conjunto de datos o hechos, con independencia del uso que se vaya a hacer posteriormente de ellos; mientras que la cuando se trata de la COMPETENCIA DE COMUNICACIÓN en la persona trabajadora, se hace referencia al nivel o grado que se tiene acerca de la capacidad de transmitir esa información, de ahí su importancia en el contexto laboral.
“La información es el mensaje a transmitir; mientras que la comunicación es el proceso de transmisión”
A partir de lo anterior, y con objeto de reforzar el nivel que presentamos respecto a esta competencia en un determinado momento, es necesario enfocar la comunicación como un proceso continuo (es imposible no comunicar, incluso cuando no somos conscientes de ello, por ejemplo, cuando estamos durmiendo, estamos comunicando justamente eso, que dormimos), dinámico y cambiante, ya que está muy influenciado por el contexto y ambiente en el que tiene lugar (dentro de la empresa, por su Cultura y Clima).
Los elementos que intervienen en el proceso de comunicación, son:
- Emisor/a: persona o grupo de personas que producen un mensaje.
- Receptor/a: persona o grupo que recibe el mensaje.
- Código: sistema de signos que obedecen a unas reglas definidas y conocidas tanto por la persona emisora como por la receptora del mensaje.
- Mensaje: idea, concepto o sentimiento a transmitir por el/a emisor/a al receptor/a.
- Canal: vía o medio utilizado para la transmisión del mensaje (auditiva, escrito, etc.).
- Contexto: circunstancias que permiten “descifrar” el mensaje e interpretarlo.
- Retroalimentación: señales de la persona receptora que indican a la emisora que no solo ha recibido el mensaje, sino que además, lo ha procesado y enviado una respuesta.
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En la mayoría de ocasiones, en el proceso de comunicación tanto el/a emisor/a como receptor/a se intercambian continuamente los papeles, por lo que para que el proceso de comunicación sea correcto, el mensaje que dice la persona emisora debe ser igual que lo que percibe la receptora (elemento fundamental para evitar conflictos en la empresa, por ejemplo).
Además, es importante distinguir entre comunicación verbal (aquella que ocurre por medio de la voz, representando el 7% del peso del mensaje) y comunicación no verbal (constituye el 93% del mensaje, estando compuesta por elementos auditivos como el habla, tono, timbre, intensidad, volumen, entonación, etc.; visuales como la expresión facial, gestos, movimientos corporales, distancia física, etc.).
“Es imposible no comunicar”
Existen otros elementos que intervienen en la comunicación, como son el contenido intelectual (mensaje explícito que transmite la persona emisora generalmente por medio del lenguaje verbal o escrito) y el afectivo (donde se refleja la actitud, estado anímico, disposición a actuar, etc., transmitido por los elementos paralingüísticos, tales como mirada, tono de voz, gestos faciales, etc.). La principal diferencia entre ambos es que el componente afectivo del mensaje es entendido de forma clara por la persona receptora, ya que se transmite con más precisión lo que se siente que lo que se dice.
A pesar de todo lo anterior, existen una serie de elementos o barreras que dificultan la COMPETENCIA DE COMUNICACIÓN en el contexto laboral, tales como la desconfianza entre las y los compañeros, temores, inseguridades, interpretaciones personales del mensaje, discordancia entre el lenguaje verbal y no verbal, mensajes mal estructurados o ambiguos, falta de atención, ambiente no adecuado, etc.
En resumen, la COMPETENCIA DE COMUNICACIÓN es una cualidad fundamental en el contexto profesional independientemente del perfil profesional que se tenga y la ocupación que se desempeñe, ya que a partir de la misma, se determinará no solo las posibles transacciones comerciales, sino que también las relaciones dentro de la empresa, repercutiendo en el desarrollo y calidad del trabajo en equipo, entre otros factores.