Es sentimiento general que este año, al alargarse la pandemia sanitaria, está suponiendo un enorme desgaste a nivel personal, social y profesional. Por ello, son muchas las y los profesionales que esta situación le genera desmotivación laboral, por lo que ven más necesario que nunca poder disfrutar de unos días de vacaciones para desconectar.
“La pandemia está suponiendo un enorme desgaste emocional”
En empleorecursos.es ya hemos reflexionado sobre los efectos de la fatiga pandémica en las y los profesionales, junto con las consecuencias que esto conlleva en cuento a disminución del nivel de desempeño laboral.
Más en detalle, es importante destacar la merma que la duración de la COVID19 produce en la motivación de muchas personas a la hora de afrontar su día a día de trabajo, con efectos como desgana o negatividad constante por todo lo que les rodea (nunca tienen una actitud positiva para afrontar las tareas de su día a día); no manifiestan sugerencias o aportaciones a las instrucciones que se le dictan (dicen a todo que sí); su nivel de desempeño ha mermado, a la vez que la calidad de sus trabajos; en definitiva, carecen de la iniciativa y energía que antes tenían hasta al punto de hacerse invisibles en el equipo de trabajo.
“La falta de motivación inhibe la iniciativa en el trabajo”
Además de lo anterior, no podemos olvidar el entorno que nos rodea, con constantes mensajes de los medios de comunicación respecto a personas disfrutando de las playas o montaña, o a través de nuestras redes sociales personales en las que todo el mundo “sube” fotografías e imágenes disfrutando en vacaciones.
Esta situación, repercute en el estado de ánimo de las y los trabajadores, por lo que desde el punto de vista de la gestión del talento, se hace necesario que desconectemos en nuestras vacaciones (para que no tengan todavía, recomendamos nuestro post Mantener la motivación para trabajar en verano).
Para ello, en primer lugar debemos dejar cerradas todas las tareas pendientes, o al menos, delegadas en algún compañero o compañera para así evitar estar durante nuestro tiempo de ocio dándole vueltas o preocupándonos por ellas. Una vez realizada esta situación, nuestro consejo es que dediquemos tiempo a lo que nos apetezca (aunque dentro de nuestras vacaciones tengamos ciertas obligaciones, como esa reforma del hogar que hemos ido posponiendo, por ejemplo).
“Llevar a cabo actividades que rompan con nuestra rutina diaria nos ayudará a desconectar”
Romper con los horarios siempre viene bien, tanto a la hora de acostarse como de levantarse, así aunque los primeros días cueste acabar con esa rutina de despertarse temprano, nos ayudará a relajar el cuerpo, y por consiguiente, la mente. Dentro de este contexto, si hablamos de desconectar, es importante no estar pendiente del correo electrónico de la empresa ni del teléfono móvil, ya que este tiempo de vacaciones es justamente para eso.
Una buena opción dentro de las posibilidades económicas de cada una/o es realizar un viaje o pequeña escapada, ya que nos permitirá “romper” con nuestro día a día. Junto a lo anterior, pasar tiempo con nuestra familia o amigos (y más si están lejos de tu lugar de residencia laboral), contribuirá a sentirnos más felices.
“El periodo de vacaciones es el momento ideal para reflexionar sobre nuestra situación laboral”
Si se ha conseguido poner en marcha todo lo anterior, el periodo de vacaciones es buen momento para reflexionar acerca de nuestra situación laboral en general, nuestro día a día de trabajo en particular. En concreto, sobre lo que podemos hacer para mejorar y evitar caer en la desmotivación, ya sea aumentar nuestra formación, plantear soluciones a nuestra empresa sobre nuestra situación, o por qué no decirlo, estudiar las posibilidades de cambiar de empleo.
Por último, y a pesar de lo anterior, una buena idea de cara a afrontar la vuelta a nuestra rutina con la motivación cargada es “conectarse” poco a poco los días previos, para así poder adaptarse a la rutina de manera más eficaz.