En el entorno laboral son muchas las situaciones que pueden dar lugar a un daño en la salud emocional de las y los trabajadores. La exposición constante a ellas en el lugar de trabajo, y consiguiente percepción negativa de las mismas, hace que muchas personas adopten lo que se conoce como INDEFENSIÓN APRENDIDA en el ámbito laboral.
“El no poder controlar una situación nos genera indefensión”
En empleorecursos.es entendemos a modo general la INDEFENSIÓN APRENDIDA como la situación que se produce cuando una persona se enfrenta a una acción negativa, y no cuenta con los recursos para hacerle frente, dando lugar a consecuencias emocionales, tales como ansiedad, depresión, apatía, pasividad, desmotivación, etc.
Básicamente, estas personas ante la continua exposición a situaciones negativas determinan que sus conductas o acciones para hacerles frente no son de utilidad, por lo que de forma automática cambian su respuesta de huida por otra de sumisión o aceptación, tal y como se derivó de los experimentos realizados por Seligman.
“En la indefensión aprendida se carece del control de la situación”
Esta situación es muy común en el ámbito laboral, tanto si nos encontramos en proceso de búsqueda de empleo, dónde los continuos rechazos en los procesos de selección nos llevan a desmotivarnos y abandonar; como si recibidos constantes situaciones negativas en nuestro puesto de trabajo (pérdida de situaciones ventajosas, etc.).
El modo en el que afecta la INDEFENSIÓN APRENDIDA a la persona trabajadora es doble. Por un lado, el tener el convencimiento de no controlar la situación que se está viviendo repercute en desmotivación que se traduce en pasividad, falta de iniciativa, dejarse llevar, etc.; mientas que por otro, muestra una actitud negativa ante cualquier oportunidad, hasta el punto de que la rechazan o no actúan para conseguirla (emprender un nuevo proyecto o tarea en el puesto de trabajo, por ejemplo).
“La persona que sufre indefensión aprendida carece de iniciativa”
Las consecuencias de esta situación tanto para la empresa como para las y los trabajadores que la viven son importantes, ya que la persona que la sufren disminuyen de manera considerable su capacidad de aprendizaje, lo que se traduce en pasividad, tristeza, apatía, desidia, etc. A su vez, son personas con actitudes depresivas que no quieren salir de su rutina diaria, no quieren asumir nuevas funciones y progresar.
El modo en el que se afronte esta situación estará en relación con el “locus de control”, esto es, si la persona asume que la situación negativa que está experimentando es consecuencia de ella misma (locus interno) o de factores externos (si la empresa te obliga a realizar constantemente horas extraordinarias, te hacen recuperar horas o cambios de jornada, etc.
“La reestructuración cognitiva es la mejor herramienta para hacer frente a la Indefensión Aprendida”
Para hacer frente a la INDEFENSIÓN APRENDIDA es necesario adoptar una postura positiva y realista, en la que se analice las causas de manera objetiva. Para ello, es adecuado trabajar la autoestima y asertividad, para así poder “defender” tus derechos si dañar los de la otra parte.
En resumen, la tiene lugar cuando nos enfrentamos a situaciones que percibimos como incontrolables por nuestra parte al entender que las sucesivas respuestas de afrontamiento de las mismas no dan resultado, por lo que adoptamos una actitud pasiva que nos puede generar ansiedad, depresión, desmotivación, etc.