Hace un tiempo ya tratamos es nuestro Blog de empleorecursos.es, la existencia de Gente Tóxica: cómo evitarla, tanto en nuestras relaciones en general, como en el ámbito laboral, en particular. En el mismo, hacíamos mención que estas personas se caracterizan entre otros aspectos por estar siempre quejándose, tener una elevada incontinencia verbal, comparándose constantemente, con carácter soberbio y arrogante, además de pesimistas.
“La existencia de personas tóxicas en el entorno laboral es cada vez más común”
Sin embargo, en las presentes líneas queremos comentar con detalle, una serie de reflexiones que nos ha producido la relectura del libro “Nuevo Management para Dummies” de Ana María Castillo y Juan Carlos Cubeiro, fundamentalmente cuando es nuestra/o jefa/e, es decir, la persona que ocupa el cargo de dirección, la que presenta síntomas de ser “tóxica”.
“Cuando es el/a jefe/a una persona tóxica se ve afectada toda la empresa o departamento concreto”
En primer lugar, llama mucho la atención la afirmación que indican las personas autoras del libro de que 4 de cada 10 jefas/es son tóxicas/os. En empleorecursos.es entendemos que es un porcentaje elevado, lo cual, irremediablemente tendrá consecuencias nocivas para la empresa, tales como un mal clima laboral, insatisfacción en el trabajo de las y los colaboradores junto con el consiguiente deterioro de en su salud, elevada rotación ya que a medio – largo plazo las personas abandonarán la empresa, relaciones negativas con las y los clientes, y en resumen, negativo desarrollo de la empresa al caer la productividad.
“En el manual se indica que 4 de cada 10 jefas/es son consideradas/os tóxicas/os por sus subordinadas/os”
Es indudable la posición estratégica de la persona que tiene la dirección en la empresa (ya sea general o de un departamento en concreto) para el desarrollo de la misma, por lo que hay que ser conscientes de las negativas consecuencias que tendrá para toda la organización si esta persona es “tóxica”. Ejemplos claros es el representado por esa/e trabajador/a que asciende a un puesto de dirección, a quién nadie se ha encargado de realizar una transición y mucho menos, dotar de preparación para dirigir personas.
“Este porcentaje se reduciría si a las personas encargadas de dirigir se les dotase de habilidades para hacerlo”
En empleorecursos.es, entendemos como fundamentales habilidades tales como el liderazgo, la motivación, gestión de equipos, comunicación, empatía, etc. que toda persona que desempeñe un cargo de dirección debe dominar, para así evitar, en la medida de lo posible, cumplir con alguno de los cinco tipos de jefas/es que se señalan en el libro, esto es:
- Acosador/a: se dedica a intimidar y abusar de su posición superior, dando órdenes con autoridad.
- Microdetallista: ausencia total de delegación de funciones y tareas, todo debe y tiene que pasar por él o ella.
- Sin horarios: hay que estar disponible las 24 horas durante los 365 días del año ante posibles llamadas o mails que nos envíe para atender a sus peticiones.
- Condicional: el cual, según por “dónde sople ese día el viento” estará más enfadada/o, o en caso contrario, más simpática/o.
- Resultadista: lo único importante es conseguir el objetivo independientemente de los medios a utilizar.
En resumen, encontrarse en nuestra vida laboral con jefas y jefes es malo para la salud, no ya solo de la empresa, al disminuir la productividad, tal y como hemos comentado, sino que afectan a la salud física y psicológica de las y los subordinados a su cargo, al mostrarse como personas inseguras y vanidosas (cuestionando, supervisando e inspeccionando constantemente las conductas de sus colaboradoras/es, lo que genera un ambiente negativo y de desconfianza).