Liderar equipos de trabajo no es una tarea fácil y para la que todo el mundo esté preparado. Si además lo hacemos en un entorno con tanta incertidumbre como en el que nos encontramos, con guerras, instabilidad económica, entorno postpandemia, etc., las empresas requieren de personas con la visión y conductas adecuadas para hacerles frente.
En empleorecursos.es queremos reflexionar sobre la importancia de liderar con éxito equipos de trabajo en entornos cambiantes e inciertos, también conocidos como VUCA (del inglés, Volatility, Uncertainly, Complexity y Ambiguity).
Habilidades de liderazgo
Desde nuestro punto de vista, estas personas deben contar no solo con una alta capacidad de adaptación, sino que también de anticipación y previsión, para entre otras cosas, transmitir seguridad, promover compromisos, comunicar de manera adecuada la estrategia a seguir, mantener e incrementar la motivación de las y los trabajadores, así como ver el propio cambio como una oportunidad de crecimiento.
Sin embargo, en muchas ocasiones cuando nos enfrentamos como coordinadoras o coordinadores a situaciones inestables comentemos una serie de errores que nos impiden actuar con la efectividad necesaria, como son:
- Pretender tener siempre todos los datos para poder tomar decisiones, lo que nos lleva a hacer una sola cosa, analizar en vez de actuar.
- No delegar tareas y cargar con todo.
- Carecer de una visión estratégica, centrándonos solo en el momento.
- Mostrar ansiedad.
- Ignorar los riesgos de las decisiones a adoptar.
- Buscar culpables en vez de asumir nuestra responsabilidad.
- No ver las oportunidades que se pueden sacar de la situación.
Más detenidamente, el análisis de los entornos VUCA se caracteriza por dos variables, como son el nivel de conocimiento y la predictibilidad, siendo cuatro las situaciones posibles:
1. Ambigüedad (Bajo Conocimiento, Baja Predictibilidad)
Como su nombre indica, no hay indicadores de lo que puede suceder, por lo que es necesario experimentar, tomar riesgos controlados, lanzar hipótesis, probarlas, etc.
2. Complejidad (Bajo Conocimiento, Alta Predictibilidad)
Al tener un bajo conocimiento, es indispensable el análisis de todas las variables implicadas, siendo necesario para ello, reestructurar, especializarse, focalizar esfuerzos, etc.
3. Incertidumbre (Alto conocimiento, Baja Predictibilidad)
Se conoce únicamente las consecuencias y las causas de la situación, pero se ignora todo lo demás. Para hacer frente a esta incertidumbre de debe enfocar en adquirir y gestionar más información.
4. Volatilidad (Alto Conocimiento, Alta Predictibilidad)
El conocimiento que se tiene sobre la situación es fácil conseguirlo, pero en muchas ocasiones no se está preparada/o cuando sucede.
Por último, a partir de nuestra experiencia laboral coordinando departamentos de gestión del talento, las competencias clave del estilo de liderazgo ante estas situaciones son anticiparse a los cambios, ser ágil en la ejecución de las decisiones, potenciar la comunicación bidireccional con los miembros del equipo, invertir en confianza a través de la prudencia, y por último, ser coherente dando ejemplo con su conducta.