En un entorno empresarial cada vez más impredecible, prepararse para enfrentar situaciones de fuerza mayor, como desastres naturales, es esencial para proteger tanto a las y los trabajadores como la continuidad de la empresa. Las y los líderes deben tener la capacidad de implementar estrategias de respuesta rápida y enfocadas en la resiliencia.
En empleorecursos.es queremos centrarnos en las acciones clave que las empresas deben considerar para gestionar eficazmente escenarios de crisis o problemas naturales en la empresa.
1. Desarrollar un Plan de Continuidad
Un plan de continuidad de negocio es fundamental para prever y organizar las acciones en caso de desastre. Este plan debe incluir protocolos de comunicación, canales de información para el equipo y medidas de respaldo operativo que minimicen el impacto en las personas empleadas y en la empresa. Una organización bien preparada genera seguridad en su equipo.
2. Flexibilidad en los Permisos Retribuidos
Ofrecer permisos retribuidos a las personas afectadas es una señal de apoyo y empatía que fortalece la relación con el equipo. Esto permite a las personas afectadas atender sus necesidades personales sin preocuparse por una pérdida económica. Para las y los líderes, el enfoque no solo debe centrarse en la recuperación de la empresa, sino también en el bienestar del personal. Empresas que priorizan el bienestar son percibidas como más atractivas para nuevos talentos, generando una sólida imagen de marca.
3. Apoyo en Salud Mental y Bienestar
Los desastres y situaciones de fuerza mayor pueden dejar efectos emocionales en el equipo. Facilitar servicios de apoyo psicológico o acceso a programas de bienestar puede marcar una gran diferencia en cómo el equipo supera estos desafíos. Esto demuestra un compromiso genuino con la salud integral de las personas en la empresa, lo que impacta positivamente en el compromiso y lealtad de los empleados y las empleadas hacia la organización.
4. Construir una Cultura de Resiliencia
Fomentar una cultura de resiliencia es la base para una organización preparada ante emergencias. Esto implica capacitar al equipo en gestión de crisis, formar equipos de respuesta y crear un entorno donde todas y todos sientan que pueden contribuir a la continuidad del negocio. Una cultura resiliente no solo protege a la empresa en el corto plazo, sino que también fortalece su imagen en el mercado laboral como una organización empática, responsable y con visión a largo plazo.
En resumen, gestionar adecuadamente situaciones de desastre no solo asegura la continuidad de la empresa; también refuerza su compromiso con su equipo, fortalece la cultura organizacional y potencia su marca empleadora.