Hablar de metodologías “ágiles” nos remonta al marco de las empresas tecnológicas en el desarrollo de proyectos, sin embargo, su uso se ha extendido a todos los sectores, procesos y acciones que se producen en la empresa, hasta convertirse en una filosofía que marca la gestión empresarial.

“Las metodologías ágiles fomentan la flexibilidad y colaboración dentro de la empresa”

A modo general, en empleorecursos.es, entendemos las metodologías ágiles aquellas que pretenden aportar flexibilidad para adaptar los procesos de trabajo a las condiciones de los proyectos a realizar. Aplicada a la gestión del talento en la empresa, se convierte en un modelo de mejora continúa basado en la planificación, desarrollo y análisis de los resultados, teniendo como premisa fundamental plazos de entrega rápidos.

“En el desarrollo de las metodologías ágiles es primordial dividir las tareas en acciones cortas”

Dentro de las diversas metodologías ágiles existentes, queremos reflexionar sobre la aplicación de la METODOLOGÍA SCRUM en la gestión del talento, la cual, a grandes rasgos, se centra en los resultados antes que en los procesos para conseguirlos, por lo que las jerarquías o estructuras rígidas de la organización de equipos de trabajo desaparecen.

La adaptación y aplicación de métodos ágiles en el área de gestión del talento se fundamenta en la necesidad de promover y potenciar el rendimiento de las personas que conforman la organización, y por tanto, conseguir los objetivos que toda empresa tiene. Para ello, las personas se convierten en el activo real más importante, independientemente de los procesos de trabajo o jerarquías, a la vez que se potencia su motivación y la constitución de equipos de trabajo efectivos, junto con una cultura de flexibilidad, esfuerzo y mejora continua.

“La Metodología SCRUM se fundamenta en el aprendizaje a través de la experiencia”

La METODOLOGÍA SCRUM se fundamenta en el principio de aprendizaje por medio de la experiencia, teniendo como pilares básicos la transparencia en la comunicación, la supervisión y la adaptación, es decir, la toma de decisiones se realiza sobre lo que se conoce y se ha aprendido (constituyendo lo que se denomina como “historias de usuaria/o”), existiendo para ello dos tipos de funciones, la centrales (aquellas que determinarán el éxito del proyecto) y las no básicas (constituidas por las personas que complementan el desarrollo del proyecto).

Dentro del equipo de trabajo, existen tres roles diferenciados:

  • Equipo de desarrollo: constituido de 3 a 9 personas, es responsables de su propia regulación y organización.
  • Propietario del producto (“Product Owner”): persona responsable del desarrollo del proceso. Es quién conoce los requerimientos y pasos para cumplirlos, adoptando un rol de coordinación de las personas participantes.
  • Responsable (“Scrum Master”): se encargará de velar por la puesta en marcha de los procesos definidos, guiando y motivando al equipo. 

La METODOLOGÍA SCRUM se ha demostrado eficaz en la gestión de procesos de captación y selección del talento, así como en la gestión interna del mismo, lo que potencia la marca empleadora de la empresa (employer branding) , así como el trabajo colaborativo (employee experience).

De forma detallada, se debe implicar en el proceso de captación de talento a las personas responsables de las diferentes áreas de la empresa (no es algo exclusivo de recursos humanos), por lo que se responsabilizarán del perfil profesional requerido, así como de la evaluación de las candidaturas recibidas desde el punto de vista técnico (conocimientos y habilidades), dejando a recursos humanos la evaluación de las competencias exigidas para el desempeño correcto del puesto de trabajo.

Para ser ágiles en la captación de talento, no basta con poner en marcha el proceso cuando existe una necesidad real o vacante a cubrir, sino que se buscará talento de forma constante, a la vez que se formará a las y los trabajadores en las competencias requeridas para el desempeño eficaz de su puesto de trabajo, tales como trabajo en equipo, comunicación, etc. Además, trabajará con las y los líderes de cada área con objeto de instaurar una cultura ágil.

En resumen, adoptar metodologías ágiles como la SCRUM consiste en implantar una cultura de colaboración y mejora continua a partir de la experiencia, por lo que la labor como coachs o mentoras/es de las personas líderes de cada área es esencial, junto con el feedback y aprendizaje constante, y todo ello poniendo a la persona trabajadora (y su satisfacción) en el centro de todo el proceso.


Dentro de las nuevas tendencias de gestión de personas en la empresa de importancia similar a la evolución que supuso pasar del departamento de recursos humanos al de la felicidad es la aplicación de la Metodología Agile, la cual, se basa en una diferenciación clara en el modo de tratar a las y los trabajadores en la organización.

“El Método Agile enfatiza el papel de las personas en la organización”

A modo general, la Metodología Agile proviene del Manifiesto Agile propuesto por un grupo de desarrolladores informáticos que se cuestionaban el modo tradicional de trabajo (algo semejante al origen del Pensamiento Lateral, como ya tratábamos en empleorecursos.es), por lo que instauraron una nueva forma de hacer las cosas, aportando un mayor calidad a la vez que se reducía el tiempo de respuesta, así como el modo de afrontar las dificultades que todo proyecto posee, esto es, crearon una metodología más ágil en busca tanto de la eficacia (conseguir los resultados esperados) como de la eficiencia (conseguir esos resultados con el menor número de recursos).

“Con la Metodología Agile se busca la eficacia y eficiencia en la gestión”

La importancia de esta metodología en la gestión de personas radica en el valor que le da a las mismas al situarlas en el centro de la empresa por encima de los procedimientos de trabajo, favoreciendo la respuesta a los obstáculos que existen en el día a día mediante el establecimiento de una Cultura del Error que permita crecer y no sea coercitiva. Por ello, no extraña que la Metodología Agile tenga en el trabajo en equipo y la motivación de las y los trabajadores uno de sus pilares fundamentales para su desarrollo. Pero no solo se queda ahí, sino que avanza un paso más al priorizar las necesidades de las y los clientes (internos y externos) por lo que se hace necesario la adaptación continua a las demandas y cambios que se producen en el entorno, o como los autores señalan, “anteponen las personas y sus interacciones sobre los procesos y herramientas; el software ante la documentación extensiva; relaciones de colaboración con las y los clientes sobre la negociación de contratos; y por último, responder ante el cambio ante que continuar con el plan establecido”.

“La satisfacción de las y los trabajadores es la mejora continua de la Metodología Agile”

A partir de lo anterior, se hace evidente que las empresas que quieran convertirse en ágiles deben priorizar a las personas frente a cualquier otro elemento (procesos/servicios) incluyendo a las y los clientes, por lo que es necesario buscar la mejora continua como medio de satisfacción por lo que la flexibilidad y adaptación a los cambios y errores se hace fundamental. Por ello, las empresas ágiles tratan a sus trabajadoras/es por medio de una estrategia de comunicación eficaz, ofreciendo medidas que faciliten la igualdad de oportunidades y conciliación laboral y personal, permitiendo el desarrollo y creación de la marca profesional del/a empleada/o, lo que repercute en el Employee Experience de la persona trabajadora y Employer Branding de la organización, entre otros aspectos.

Además, la Metodología Agile se fundamenta en 12 principios que determinan su desarrollo como modelo de gestión, los cuales son:

  1. Conseguir la satisfacción de las necesidades de las y los clientes.
  2. Para el punto anterior, se dan como válidas las aportaciones de mejora o cambios respecto a la forma de proceder.
  3. Los plazos de entrega serán lo más cortos posibles para así potenciar el feedback sobre los procesos puestos en marcha.
  4. Se establecerán indicadores claros y conocidos para medir los resultados que se van obteniendo.
  5. Se fomentará la estabilidad y continuidad de los procesos puestos en marcha, por lo que es necesaria su eficiencia desde el principio.
  6. Se establecerá un liderazgo integrador desde el principio.
  7. El proceso de comunicación es fundamental, por lo que será cara a cara y por medio de reuniones eficaces.
  8. Las personas deben sentirse integradas en el proceso, por lo que el clima laboral y la motivación de las y los trabajadores será primordial.
  9. Es tan importante la calidad como el modo de alcanzarla.
  10. Se reducirá la complejidad de los procesos simplificándolos en tareas simples.
  11. Los equipos tendrán la capacidad de autoorganizarse por sí mismos.
  12. Se buscará la adaptación constante para obtener mejoras en los procesos.

En resumen, a partir de nuestra experiencia en el área de recursos humanos, desde empleorecursos.es podemos afirmar que por medio de la Metodología Agile se prioriza a las y los trabajadores por encima de los procesos, convirtiéndose en una herramienta eficaz para conseguir los objetivos organizacionales.