Una de las principales características que definen nuestro mercado laboral hasta el punto de condicionar la forma en la que las personas se relacionan en la empresa es la elevada competitividad. Formamos parte de un entorno donde existen profesionales cada vez mejor preparadas/os, lo que nos obliga a desarrollar nuestro potencial al máximo para alcanzar nuestros objetivos. Sin embargo, hay personas que se “autolimitan” a la hora de expresar su potencial experimentando el conocido COMPLEJO DE JONÁS.

“Nuestro mercado laboral nos incita constantemente a buscar el éxito”

En empleorecursos.es relacionamos este fenómeno con la expresión “salir de nuestra zona de confort”, ya que este hecho nos obliga a querer cada vez más, a ser ambiciosas/os y “llenarnos” de éxito. Sin embargo, existen personas que experimentan dificultades, miedos, etc. que le limitan a la hora de mostrar todo su potencial, tal y como indicó el psicólogo Abraham Maslow, padre de la Pirámide de Necesidades Motivacionales.

“Motivar a las y los trabajadores no es animarles, es darles motivos”

Como es conocido, el autor jerarquizó las necesidades que nos motivan en 5 niveles, siendo necesario llegar al más alto o la cima conseguir los inferiores. En primer lugar, estarían las necesidades Fisiológicas (alimentación, ropa, etc.), posteriormente las de Seguridad (vivienda, trabajo, etc.), en tercer lugar las necesidades de Afiliación (familia, amistades, etc.), el cuarto nivel es para las de Autoestima (confianza, reconocimiento, respeto, etc.), y por último las necesidades de Autorrealización (educación, creatividad, etc., es decir, las relacionadas con alcanzar o desarrollar nuestro potencial).

“El nombre de Jonás proviene del pasaje bíblico donde Dios le encomendó llevar un mensaje a Nínive pero huyó al no sentirse capaz”

En relación a lo anterior, fue el propio autor quién definió EL COMPLEJO DE JONÁS como situación contraria a las conductas de aurorrealización, esto es, el miedo a alcanzar nuestro máximo nivel o potencial, hasta el punto de evitarlo, al no creer ni confiar en nosotras/os, actuando de manera que la propia persona se autolimita y reprime su potencial de crecimiento, lo que a su vez le genera una sensación de malestar, ya que percibe estímulos contradictorios (por un lado, el mercado laboral le exige alcanzar lo máximo de sí misma/o, pero por otro siente una “fuerza” interior que le impide hacer todo lo posible para ello).

“En el Complejo de Jonás las personas experimentan una gran tensión o malestar emocional”

A partir de lo anterior, las emociones que aparecen en EL COMPLEJO DE JONÁS son básicamente el miedo y la ansiedad, al existir una dicotomía entre conseguir el éxito que nos demanda el medio y nuestros pensamientos. Por ello, a partir de nuestra experiencia profesional en departamentos de gestión de personas (recursos humanos), podemos afirmar que una de las grandes diferencias entre las personas que obtienen éxito laboral de las que no es que las primeras consiguen superar el miedo o temor al reconocimiento; mientras que las segundas además de no superarlo, cargan posteriormente con una enorme frustración o emociones negativas que las condicionan ante futuras situaciones similares.

Desde un punto de vista meramente psicológico, la mejor forma de afrontar este miedo es por medio de la confrontación racional de los pensamientos negativos, por medio de la visión realista de las consecuencias que existirán si se obtiene el éxito, por lo que es adecuado analizar experiencias pasadas.

Por otra parte, en ocasiones expresiones como el “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” nos limitan a actuar en muchas situaciones, por lo que para hacer frente a los pensamientos asociados al COMPLEJO DE JONÁS como profesionales de la gestión de personas en la empresa, podemos plantear entre otras, acciones como:

En resumen, vivimos en una sociedad en la que se ambiciona conseguir el mayor éxito profesional posible, lo que a determinadas personas le genera malestar y sufrimiento enfrentarse a situaciones en las que mostrar su talento, impidiéndoles actuar como realmente les gustaría, y sintiéndose frustradas por ello, lo que convierte EL COMPLEJO DE JONÁS junto a síndromes como el de Ganímides, Burnout, Boreout, Anat o situaciones como hacer frente a personas tóxicas, trepas, el Despido Interior, Mobbing en complejos procesos a abordar por las y los profesionales de gestión del talento, ya que afectan al desarrollo profesional de muchas y muchos trabajadores.