Uno de los documentos imprescindibles que rigen la relación laboral que generan más desconocimiento y controversia entre las partes implicadas es el recibo de salarios o la comúnmente conocida como nómina. Así, desde empleorecuros.es, siguiendo las indicaciones de las personas usuarias de nuestra Web, vamos a describir los aspectos más importantes de la misma.

“Las cantidades abonadas por las empresas a las y los trabajadores se reflejan en el recibo de salarios o nómina”

En primer lugar, es necesario conocer que la empresa, por imperativo legal, no solo tiene que liquidar o reflejar el salario abonado de manera documental (para así garantizar su abono y la descripción de las partes en las que se compone), sino que además, este documento debe contener una determinada información (hasta el punto que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha aprobado un modelo estándar de mínimos, reservándose la empresa el derecho de cambiar su formatos siempre que incluya el contenido mínimo indicado).

“El objetivo del recibo de salario es justificar el pago por la empresa y describir los elementos que lo componen”

A modo general, la nómina detallará de forma clara los datos identificativos de la empresa y persona trabajadora, el periodo de liquidación de que se trate, la estructura o partes en las que se compone el salario, las deducciones o descuentos que se aplican, la diferencia entre la cantidad devengada o generada y lo que se deduce, la cotización a la Seguridad Social (tanto de la empresa como del/a trabajador/a) y la cantidad a percibir.

“A modo general, el recibo de salarios se estructura en encabezado, devengos, deducciones y cantidad a percibir”

Más detenidamente, los datos referidos a la empresa que deben constar en el encabezamiento de la nómina son su nombre o razón social, CIF (o NIF si es una persona física), domicilio y nº de la Seguridad Social. En cuanto a los datos de la persona trabajadora, aparte de su nombre y nº de la Seguridad Social, son cuatro los elementos fundamentales:

  • Categoría Profesional: determina la cantidad de salario que corresponde percibir, por lo que tienen que ser la real que se desempeña.
  • Puesto de Trabajo: se refiere a las tareas desempeñadas (el mismo puesto puede ser diferente en cada empresa).
  • Antigüedad: es importante para determinados pluses, incrementos de convenio, indemnizaciones, etc.
  • Periodo que se abona: el tiempo trabajado durante el mes.

Por otra parte, el salario se compone de los devengos, es decir, las cantidades que percibe el/a trabajador/a de la empresa por los diferentes conceptos (incluidas las percepciones de carácter asistencial o social), los cuales, deben estar desglosados e indicados de forma clara en la nómina. En el caso de los contratos a tiempo parcial, se indicará además el porcentaje de jornada o el número de horas que se ha trabajado en el periodo de liquidación. A su vez, estos devengos se dividen en salariales (cotizan a la Seguridad Social) y no salariales (por regla general no cotizan salvo en caso de superar determinados niveles).

Los conceptos salariales, comprenden el salario base y los complementos relacionados con el/a trabajador/a y su trabajo, destacando los:

  • Personales: derivados de las condiciones del/a trabajador/a, como la antigüedad, conocimientos especiales (idiomas, etc.), etc.
  • Del puesto de trabajo: como el plus de peligrosidad, plus de responsabilidad, plus de nocturnidad, etc.
  • Por calidad/cantidad de trabajo: comisiones, incentivos, plus de puntualidad, horas extraordinarias, etc.
  • Complementos de vencimiento periódico superior al mes, como las pagas extra, participaciones en beneficios, etc.
  • Complementos en especie: todas las percepciones que se reciben que no sean en dinero, coche, casa, etc.
  • Compensación por pacto de no concurrencia.
  • Comidas y ayudas económicas para la misma cuando no hay desplazamientos, sino que se la empresa las abona por el simple hecho de prestar el servicio (tickets restaurantes, por ejemplo).

En cambio, los conceptos no salariales son las compensaciones de gastos que ha tenido la persona trabajadora, como dietas, desplazamientos, teléfonos, kilometraje, plus de transporte, gastos de vestuario, quebranto de moneda, indemnizaciones por traslado, etc.

Dentro de este contexto, es importante indicar que le corresponde a la empresa la carga de la prueba de que un concepto sea salarial o no salarial, ya que por defecto, se entiende por salario la totalidad de las percepciones económicas.

Como se ha comentado, la suma de todas las cantidades anteriores determina el total devengado o el salario bruto de la persona trabajadora, a la cual, para convertirla en neta o líquida, se le debe aplicar las respectivas deducciones o descuentos, como son:

  • Deducciones de la Seguridad Social: forman parte de la base de cotización todo lo devengado por cualquier concepto, excepto las asignaciones para gastos de locomoción y manutención cuando se desplace fuera de su centro habitual de trabajo con motivo de su actividad laboral; los gastos normales de manutención y estancia generados en municipio distinto del lugar de trabajo y residencia que estén por encima de la cuantía indicada en la normativa de IRPF; y las indemnizaciones por fallecimiento, traslados, suspensiones y despidos; así como las prestaciones a la Seguridad Social, las mejoras que se reciban en las prestaciones por incapacidad temporal concedidas por las empresas, las asignaciones destinadas para satisfacer gastos de estudios, etc.
  • Retención de IRPF: remitimos a lo indicado en nuestro post La Retención de IRPF.

Además, las empresas deben de comunicar mensualmente todas las cantidades de los conceptos retribuidos abonados a sus trabajadoras/es.


Desde empleorecursos.es, a partir de nuestra experiencia profesional, entendemos que la presencia de conflictos en las empresas es algo inherente a su dinámica diaria, es decir, es algo que no se puede evitar, de ahí la importancia de gestionarlos teniendo en cuenta la carga emocional que los mismos conllevan entras las y los trabajadores implicados, tal y como comentamos en nuestro anterior post sobre Gestión de Conflictos en el Trabajo.

”Los conflictos son inherentes a la actividad en la empresa”

En el mismo, hablábamos acerca de la necesidad de afrontar la situación, ya que negarlo contribuye a deteriorar el ambiente de trabajo e incrementar la situación. Así, el primer paso para solucionarlo es partir de los sentimientos de las personas involucradas a través del desarrollo de la empatía, para a través de ellos, buscar puntos en común que rebajen la posible tensión creada y permita alcanzar acuerdos que lo solucionen.

“A modo general, los conflictos conllevan una elevada carga emocional para las partes implicadas”

En empleorecursos.es, entendemos los conflictos en el entorno laboral como un medio para transformar los problemas en oportunidades, por lo que en primer lugar, es necesario conocer las causas que los han generado, como bien pudiera ser la utilización de los diferentes recursos, estilos de trabajo, confrontaciones en puntos de vista, en los objetivos a alcanzar, por la elevada presión que acompaña al puesto de trabajo, por los roles a desempeñar en el equipo, etc.

“Un estilo de comunicación adecuado en la empresa y la asignación correcta de errores ayuda a prevenir conflictos”

En cuanto a las acciones que se pueden poner en marcha para prevenirlos, es conveniente generar un sistema de comunicación interna eficaz, el cual, permita fluir la información adecuada en el momento preciso a las personas que realmente lo necesiten (disminuyendo con ello la generación de rumores), así como determinar de forma clara la estructura y funciones de cada una de las personas de la empresa con objeto de que cada una sepa lo que se espera de ellas/os.

Sin embargo, por mucho que se quiera prevenir el conflicto en el entorno laboral, tal y como indicábamos al comienzo del presente post, éste es inherente a la actividad profesional de las personas, por lo que de un modo u otro, aparecerá. Así, para hacerles frente desde una perspectiva constructiva, en empleorecursos.es proponemos, a partir de nuestra experiencia en departamentos de recursos humanos, las siguientes funciones de la persona responsable de solucionarlo:

  • Facilitar: la persona responsable de solucionar el conflicto es la encargada de definir el problema y buscar las soluciones. Especialmente indicada para conflictos de bajo o medio nivel.
  • Mediar: al guiar a las diferentes partes a la búsqueda de una solución consensuada por medio de la creación de un ambiente propicio para ello. Esta posición es adecuada cuando se ha llegado a un punto de no avance.
  • Indagar: permite, a partir de las diferencias existentes, clarificar las mismas por medio de personas ajenas al conflicto cuando los puntos de desacuerdo son objetivables (muy útil en entornos de trabajo muy técnicos).
  • Arbitrar: donde la persona responsable actúa como juez ante las exposiciones de los puntos de vista de las partes implicadas, por lo que la decisión final difícilmente alcanzará el consenso, a pesar de ser eficaz cuando se necesitan respuestas rápidas.
  • Negociar: son las partes en conflicto quienes buscan una solución consensuada que acabe con la situación.

En resumen, la persona responsable de gestionar el conflicto en la empresa, debe detectar la existencia del mismo, analizarlo desde un punto de vista objetivo, definir las metas a alcanzar para solucionarlo, generar el entorno adecuado para ello, recabar la información necesaria y plantear las posibles alternativas de solución, y por último, llevar a cabo un seguimiento en el tiempo de los acuerdos adoptados.

Para ello, debe actuar a tiempo, antes de que el conflicto se encalle mantener la calma y no posicionarse en ningún momento (a fin de evitar generar un conflicto mayor). Su objetivo será claro (alcanzar una solución) y compartido por las partes implicadas no permitiendo en ningún momento las ofensas personales (solo se debe juzgar aspectos relacionados con el trabajo), recalcando las diferentes formas de realizar las cosas.


A partir de nuestra experiencia en procesos de selección, y a pesar de existir cada vez más medios que facilitan la actuación tanto de las personas candidatas a las vacantes de empleo como de las y los reclutadores, en empleorecursos.es podemos afirmar que son varios los errores cometidos por ambas partes que determinan (en sentido negativo) el resultado del mismo.

Para ello, en primer lugar nos centraremos en los errores que suelen cometer las personas reclutadoras, para en un segundo post, tratar los referentes a las y los demandantes de empleo. Así, es indudable que desde el punto de vista de la persona reclutadora los errores en el proceso de selección acarrean una serie de costes, tanto económicos como de tiempo (el cual, en la empresa, se traduce en dinero). Entre los más comunes, se encuentran:

  • No definir el perfil de contratación: la persona reclutadora debe analizar y conocer con detalle los principales aspectos del puesto de trabajo que se pretende cubrir, esto es, tareas, funciones, responsabilidades, etc., para a partir de los mismos, determinar las competencias requeridas en las y los candidatos (formación, experiencia, habilidades, actitudes, aptitudes, conocimientos, etc.).
  • No tener en cuenta las fuentes de reclutamiento internas, sobre todo cuando el proceso de selección lo lleva a cabo la propia empresa, es decir, en ocasiones no se tiene en cuenta la posibilidad de cubrir la vacante por medio de una promoción, por lo que se pierde el poder motivador que conlleva así como la imagen de empresa que mira y cuida a sus trabajadoras/es.
  • En relación con lo anterior, cuando ña selección es encargada a una empresa externa (generalmente a consultoras), puede caerse en una excesiva comercialización del proceso, debido a la enorme competencia entre estas empresas, por lo que el objetivo se centra más en la rapidez en cubrir la vacante que en la calidad de la adecuación al puesto de la candidatura seleccionada.
  • Las personas reclutadoras tienen a buscar candidaturas que sean réplicas exactas a la vacante a cubrir, es decir, que hayan desempeñado un puesto igual o muy similar, con la consiguiente pérdida de potencial, creatividad e innovación que conlleva. Para ello, utilizan siempre la misma fuente de reclutamiento (portal de Internet, contactos, etc.) lo que limita la búsqueda.
  • Carecer de un plazo concreto para el proceso, es decir, es común que los procesos de selección no se adapten a la situación de la persona candidata, al fijarse entrevistas en un plazo corto de tiempo (de hoy para mañana) o en caso contrario, prolongar el proceso en demasía, lo que produce una imagen negativa en las y los candidatos. Se estima que el tiempo adecuado para un puesto de trabajo medio es de dos semanas.
  • En relación con los plazos cortos de tiempo, muchas/os reclutadoras/es se centran en las primeras candidaturas que aplican a la oferta de empleo, es decir, premian a las y los más rápidos o a las personas que tienen una mayor disponibilidad de consultar en cualquier momento las ofertas de empleo publicadas, con la pérdida de candidaturas adecuadas (para ello, remitimos a lo comentado en nuestro post sobre Cómo Actúan las Empresas en InfoJobs).
  • Una vez se ha contactado con la persona candidata (generalmente por teléfono), muchas/os reclutadoras/es no informan ni contrastan si las y los candidatos reúnen las características de la vacante de empleo, esto es, cuestiones tales como requisitos necesarios (nivel de inglés, disponibilidad para viajar, salario exacto, ubicación del puesto, nombre de la empresa si es una consultora externa, etc.) lo que puede hacer que en la posterior entrevista de selección, se descarte a la persona de forma inmediata dando una imagen de falta de profesionalidad al hacer perder el tiempo a ambas partes intervinientes en el proceso.
  • Utilizar la fase de entrevista únicamente para contrastar la información que ha indicado la persona candidata en su Curriculum, aspecto que puede y debe realizarse por otros medios, ya sea en la entrevista telefónica o solicitar el envío de la documentación requerida vía mail, por ejemplo.
  • Una vez en el desarrollo de la entrevista de trabajo, no se centran en la comunicación no verbal de la persona candidata, a la vez que no tienen en cuenta lo que el/a candidata/o sabe, puede, quiere, consigue y motiva en relación a la vacante a cubrir, sino que se dejan “conquistar” por las y los candidatos con conversación y carisma, confirmando la profecía autocumplida (cuando se tiene una creencia firme respecto a alguien, ésta acaba cumpliéndose).
  • Cuando se presentan candidaturas con experiencia, es mucha la información que transmiten respecto a la misma, la cual, la persona reclutadora no suele solicitar referencias, con el riesgo que esto supone.
  • Ausencia de feedback sobre el estado de la candidatura a las personas participantes, a pesar de indicarles en la entrevista que se les llamará o comunicará de alguna forma.

Con objeto de completar nuestras aportaciones sobre Liderazgo Positivo, así como hacer frente a las continuas cuestiones que subyacen a una de las competencias más valoradas en las empresas, en las presentes líneas trataremos de exponer los aspectos fundamentales que determinan el Trabajo en Equipo.

“El trabajo en equipo es una de las competencias más valoradas por las empresas”

En primer lugar, desde empleorecursos.es entendemos el trabajo el equipo como aquella actividad que para materializarse depende de la participación conjunta de varias personas, estableciéndose una relación de interdependencia entre ellas, por lo que las actitudes, aptitudes, conocimientos y habilidades de cada de una, son fundamentales para el éxito de la mencionada tarea.

“Para que tenga lugar el trabajo en equipo es necesaria la interacción e interdependencia entre las personas que lo forman

A partir de lo anterior, trabajar en equipo conlleva la necesidad de compartir (esfuerzos, responsabilidades, conocimientos, etc.) y por consiguiente, es necesaria una relación de confianza en las personas que lo conforman respecto a la implicación y cumplimiento de su cometido.

“No existe trabajo en equipo cuando cada miembro del mismo actúa de forma aislada”

Por el contrario, entendemos que no se trabaja en equipo cuando sus miembros hacen uso de sus posiciones y aptitudes de manera aislada, sin contar con las y los demás, ni aportar valor añadido a la realización de la actividad encomendada, por lo que el trabajo en equipo conlleva la afirmación “el todo es mayor que la suma de las partes”, a partir del compromiso de todas y todos por conseguir los objetivos propuestos, siendo fundamental la existencia de una comunicación fluida, espontánea y natural.

“Durante el trabajo en equipo existirá una comunicación sincera y asertiva”

Al mismo tiempo, todo trabajo en equipo transcurre por cuatro etapas, como son de constitución (caracterizada por el mutuo conocimiento y exploración entre los miembros del equipo, por lo que suele aflorar la ansiedad e inseguridad hasta que se es aceptada/o); debate de las propias ideas frente a las del grupo (aparecen enfrentamientos y luchas por el poder y liderazgo pudiendo llegar a conflictos); La tercera fase, considerada como de organización de las acciones a seguir; y por último, la puesta en marcha de lo acordado de forma cooperativa y colaborativa.

“Relaciones sinceras y de colaboración fomentan el trabajo en equipo”

Al mismo tiempo, se puede afirmar que existen varios aspectos que determinan el correcto trabajo en equipo, como es la necesidad de que las personas que lo integran se esfuercen y adopten una actitud flexible, adaptable y constructiva, a la vez que desarrollen una comunicación clara y asertiva (tal y como tratábamos en nuestro artículo La Conducta Asertiva en el Trabajo). Además, deben complementarse entre sí por medio de la creación de modelos mentales compartidos y de relaciones interpersonales eficientes que permitan en apoyo mutuo durante la realización de la tarea y la cohesión de grupo.

Para terminar, las principales ventajas del trabajo en equipo son:

  • A partir de la diversidad de los miembros que conforman el equipo se favorece el enriquecimiento mutuo entre ellas/os.
  • Las discrepancias de criterio deben entenderse de manera constructiva como medio que permita crecer al equipo.
  • A partir de objetivos específicos se persigue uno común.
  • Es fundamental el respeto y tolerancia entre las personas que conforman el equipo. .
  • El sentimiento de pertenencia fomenta la motivación de las y los trabajadores hacia la tarea.